El Código Civil peruano de 1984 fue promulgado el 24 de julio de 1984 y puesto en vigencia el 14 de noviembre del mismo año. No cabe duda de que su entrada en vigencia fue un acontecimiento jurídico muy importante, no solo por el lugar preeminente que le corresponde en el ordenamiento jurídico del país, sino porque además introdujo valiosas y necesarias innovaciones acordes con los cambios que la ciencia nos presenta y que las corrientes del pensamiento jurídico exigen.

Como bien señala el maestro Fernández Sessarego en el prólogo de la exposición de motivos de este importante trabajo, la promulgación de un código civil no es arbitraria. Es más bien la respuesta pertinente, oportuna y necesaria a una realidad cambiante de la vida humana, compatible con las exigencias de los tiempos. En efecto, la conducta humana varía según las circunstancias y costumbres, es cambiante como la vida. Sin embargo, esas formas reguladoras nunca llegan a ser perfectas. Asimismo, la ley no puede cubrir íntegramente las realidades del acontecer en todos los tiempos. Por eso, resulta menester una constante y continuada reflexión, propuesta en este volumen por César Fernández Arce, respecto del ordenamiento jurídico que, sobre la base de la justicia, conduzca al desarrollo de los pueblos y, a su vez, asegure el enriquecimiento de la ciencia jurídica.